Pecado original SAQUEPAZ
Tetín se llamaba mi amigo que jugaba al futbol con un tarro de Tampico en el recreo, siempre a vistas de su mami que lo aplaudía cada vez que metía gol al retrete del baño, sorteaba a un pedazo de madera anclado al tubito de cañería que lo tomaba como arquero y goool. Su mami era el árbitro, el juez, el público era uno que otro solitario como yo. Ese niño era mi único amigo en el curso, siempre sacaba las mejores notas y yo las peores, le encantaba ser delantero y a mi defensa; hasta el día que fue el campeonato y quise salvar con las manos un gol seguro del Pérez del 5to A. PENALTI por tu culpa, gritaban todos, después del golazo me reí como loco en las narices de todos, fue una avaricia excéntrica, a cambio de mi sonrisa la Yoni, profesora de Gramática, ordenó que todos los borregos de mi curso formaran la FILA INDIA. Comenzó con manotazos de la Anabel Salinas, una ninfa hermosa que tenía los labios perfumados con lápiz de frambuesa, en vez de que me duelan sus caricias fueron sacudidas supersónicas que me decían: sufre con placer, sufre hasta el fin del dolor perfumado. Luego vinieron los manotazos groseros del Tarquino Gamboa, un gordo con bigotes de soldado medieval y piel de estatua de museo de cera, no podía ser más que hijo de un militar, hasta su nombre era meditado para que su vibración dijeran: ESCUPE, MATA. Y el Chuky que me cobraba 50 sucres por cada recreo para estar junto a él, o tenía que comprarle caca de perro y salía conmigo a algún lado: sus golpes sabían a vacio, al golpe que hace una máquina registradora. Al final del túnel y de los golpes sabía que no saldría el mismo que fui, era como salir del útero de una perra en medio de un orgasmo frenético. Los regresé a ver y escupí el asta de la bandera del Ecuador, me dio ganas de mearme en esa bandera pero vi al Señor Puertas, profesor de Dibujo Técnico y cura alterno, blandiendo su escuadra. Desde ese día odiaba a la Escuela, a los profesores, a la iglesia, a mi amigo, a mi familia, a la gramática, a la patria, pero no a mi mismo: me convertí en DIOS. Entonces escuché que se acabaría el mundo en 1999 y lo anhelaba con fruición, con pasión demoledora, soñaba al señor Puertas rompiéndole la cabeza con la escuadra a la Yoni por no santiguarse, al Tarquino Gamboa acompañando a la guerra del Cenepa a su padre y que les crecían algas de la Cueva de los Tayos por el culo, y yo metido dentro de un OVNI de cristal anaranjado besando a Anabel y saludando a mis esclavos miserables sacándoles el dedo considerado obsceno, a Anabel le cantaba canciones rosadas de Enrique Iglesias mientras la acariciaba y a los que estaban fuera de mi nave los saludaba con esa risa endemoniada mientras les tiraba DIESEL de camión. Me parecía al perro de Arturo de Ginnette de Anfouse, destrozaba todo, no hacía los deberes de nada, destruía periódicos, escupía a todos y me quedaba mirando como perro a su amo a la Anabel, por eso me echaban en la celda donde encerraban a los estudiantes que se portaban mal. Siempre paraba en la cárcel de los maleducados, siendo todo un santo que quería aprender raíces cuadradas sin que me amenacen con estrellarme en el pizarrón, ni que me amenacen con anotarme en la LIBRETA AZUL donde vigilaban con un numero del 1 al 44 si no hacían deberes, si no traían un borrador, si estaban enamorados, si no venían con la boina o Cristina, si no limpiaban las botas, o no traían la corbata roja, no veían al frente, no estiraban los brazos HORIZONTAL, VERTICAL, ABAJO, no marchaban los soldaditos: patria UN, DOS, no cantaban como angelitos de Dios los salmos del Señor. Me encantaba la matemática pero no tenían paciencia conmigo. Una vez mi pana el Campos se desmayó en medio del aula cuando el Señor Aníbal le estrelló la cara contra el pizarrón por no poder hacer una división con decimales, entonces como si nada me queda viendo con el puntero, se saca los lentes y grita: Soldado Quelal al frente, un dos, un dos, marchaba hacia mi fusilamiento, rígido como una momia en un chongo estiré mi brazo al pizarrón como Hitler comandado por Alister Crowley, tenía catalepsia, para mi sorpresa avancé hasta medio ejercicio, pero me olvide la tabla del 4 y dije: 4x4 14, antes que me de una golpiza salí corriendo del curso. Desde entonces tengo la costumbre de ver tras los cristales antes de entrar cualquier reunión o conferencia, si está uno de estos me largo aunque de eso dependa mi vida. Cuando aprendí la tabla del 4 me tiré de panza encima del Chuki en pleno curso, luego fui al frente de todos y me bajé la bragueta, para mi suerte no estaba Anabel, que con solo mirarla me ponía rojo tomate. Aun así nadie comprendía porque bailaba solito en medio del patio, daba 20 medialunas mientras veía a Anabel con el novio, llevaba ungüentos de pasta de dientes, afrechillo y Tonopan molido y se los mostraba o se los vendía a 500 sucres. Después de que le apliqué ungüento marciano al Tetín en el cabello, se enfureció tanto que me dijo: Te dejo que seas mi amigo, si me pagas 100 sucres diarios. Yo no le dije nada, pero había una dinamita iba madurándose en el transcurso del día. A la salida, le dije: Te reto a los quiños en el parque. Nunca olvidaré esa risita que me decía: no me harás nada, soy tu único amigo, que será de ti sin mí. No aguante más y le propiné como 20 patadas en los pies, en el estómago y uno en la cara. Luego cayó llorando al piso, sentí que toda la sociedad conocida en la escuela se desmoronaba y caí a abrazarlo junto a él en un charco de sangre y lágrimas. No le pedí perdón porque quería que todo ese escenario hipócrita de mi vida se acabara, nunca sentí tantas ganas de que se acabase el mundo, que bajara el telón algún idiota. Pero la semana siguiente era la confirmación de la Sagrada Iglesia Católica, era una materia que tenías que pasar, o sino te volvías loco o matabas al cura con un candelabro y celebrabas una misa de sangre plena y honesta. Llegué atrasado a los preparativos, con guantes, con cristina y botas de soldado y con una vela made in El Quinche, me colé al último de todos, no quería ver a nadie porque el señor Puertas estaba revisando la lista de pecados en una hoja firmada por el representante. Yo no traía el catálogo de entrega. Todos son falsos, y yo también me decía, todos sabían en teoría, todos eran buenos en teoría, todos apestaban en realidad. Llegó la hora de arrodillarse frente al señor Puertas y soplarle al oído toda la lista de pecados. Comencé a inventarme todos los pecados porque no traía la polla anotada: Haber soldado Quelal PECADOS BENIGNOS, bueno mmm estaba pensando en el calzoncillo de Cristo y la estatua. Jugué Contra I por más de 5 horas. 1 ave maría. Me robé 2 katabooms de mora de mi papá. Media ave maría. Luego me puse rojo de la vergüenza y callé. Vamos Quelal, soy tu hombro, haz como si estuvieras hablándole a una estatua. Me reí entre dientes. Una vez torcí los ojos y me aparecieron lagañas flotando y creí que era un extraterrestre. Son los hijos del santísimo. Me quedé asombrado de lo que me estaba diciendo, yo largaba cualquier invento, incluso le podía decir que soy Dios y me diría algo así como: Sigue tu vocación. Discutí con mi hermana y le partí la boca. Uhh hijito, eso es grave. 5 avemarías y 2 padres nuestros. Vi pornografía y me masturbé pero no me salió lo que me dijo mi hermano que salía. El Señor Puertas se quedó indignado y me dijo: No diré nada, sigue con confianza. Me quedé leyendo Oliverio Twist todo un día y luego llenando crucigramas sin obedecer a nadie. Eso es robar el día, recuerda que los domingos es día de descanso. 2 padres nuestros. Me puse azúcar en la cabeza y corrí todo el día para que me de fiebre y no ir a clases. No funcionó, igual no fui. Te mereces 3 avemarías y 3 padres nuestros. Y mi pecado más grave es este…suspiré… me quedó viendo con rabia y una envidia en sus ojos cansados, me puso la mano en el hombro.
Soy un hipócrita por creer eeesss t t t a a s s ccoo… ss. Áá—a ss…
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