ATRACTIVIDA
---Sólo Para Subnormales Excéntricos---
Lo Buscaba por todas partes. Ello merodeaba en la pupila de La Maestra de la Vida que estaba sentada con la cabeza apoyada en sus rodillas, en el banco de un parque. Llovía ya cuatro horas y no aparecía, mientras los vientos supersónicos alborotaban su larga cabellera juvenil; era una lluvia pegajosa llena de insectos verdes y hojas lunares. Era una creyente en la atracción y la teoría del huevo órfico donde el planeta era femenino y masculino, por alguna extraña razón ella seguía con esa alegría nostálgica viendo las gotas caer del árbol del parque.
No sé a quien esperaba, sólo que Ello merodeaba en el aire: aire de vaselina pedorra mezclada con sándalo y tilo. De pronto se levantó y se dirigió hacia la iglesia. El cura salió hasta el parque y la bendijo regándole un aguamanil lleno horchata con orín de murciélago. Ella lo agradeció tocándole la nalga derecha y guiñándole el ojo. El cura le abrió la puerta para llegar a la senda. Yo pasaba junto a ella mientras se santiguaba y me miraba con una ternura de Diosa, estaba caminando con mi novia Raquel, para una excursión atrás de la senda con un objetivo netamente sexual en mi carpa.
Lo Buscaba atrás de la senda donde se imponía una exuberante vegetación de plátanos, aguacates y un suelo húmedo, luego de caminar por media hora llegó al Atractor de Vida. Era una represa de éter condensado con molinos rojos y verdes que estaban instalados sobre la orilla del Rio. Una onda electrizante de aplastante energía Zexual sintió metérsele en la boca del estómago. La maestra de la Vida sintió un escozor en su falda y alucinó con Hombres Inteligentes dispuestos en distintas posturas sobre el molino, que no veían sus pechos, sino su interior. Tuvo una erección del clítoris que le duró toda la visita, en el acto tuvo que masturbarse unas tres veces mientras veía el relieve fálico de la orilla embalsamado en testículos termales. Yo sentí que alguien se masturbaba.
Yo estaba en la otra orilla, viéndola con ironía, mientras le hacía el amor a mi novia Raquel en mi carpa. Cuando escuchamos unos pasos, me subí el calzoncillo y salí a ver…
Salí de la carpa en calzoncillos, me sentí feliz de saborear el aire tropical junto al río. Me sentí animado como nunca antes, y entonces me senté en la orilla del río y evoqué la energía insondable de quien realmente estaba enamorado: Mi Pequeña cAROlina. Sentí el olor a sándalo con tilo en las piedras del río. Saqué una piedra y comencé a jugar con ellas. De pronto Raquel salió desnuda y me empujó al río. Entre chapuzones nos abrazamos y nos bañamos en la orilla del río. Mandé a Raquel a que se ponga un sostén.
En mi soledad junto a las piedras termales la vi. Vi a la Maestra de la Vida que me señalaba desde la otra orilla. Venga Iori--- me decía—Venga--- No me asusté para nada, pero Raquel pegó un grito que retumbó en todo el acantilado de la montaña posterior. Con un ímpetu constante…Nadé y nadé, sin importar la corriente… Raquel me llamaba…mi amor… ven… ven… en la mitad del río ya no la escuché, ni tampoco escuché las llamadas de la Maestra. Sólo sentí un palpitar constante en las aguas termales, ella lo había hallado, y yo también… y aquello se encontraba ahí… ahí… nadando contra la Corriente de la Vida.
---16 de Febrero del 2010---
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