jueves, 26 de enero de 2012

DIOS CAMINA POR LAS CALLES: ACTUACIÓN TEÓRICA EN LOS TRANSPORTES (HISTORIAS DE RECICLAJE) SANTIAGO QUELAL PASQUEL

                              ACTUACIÓN TEÓRICA EN LOS TRANSPORTES
    -Al corazón del gran Trolebús-
-y a Spike Junior-


La ciudad es una medusa ramificada en millones de calles, avenidas, callejuelas, pasadizos, donde transcurre el corazón o el hígado, incluso los riñones del Gran Trolebús. En sus intestinos nacen renacuajos con diadema y zapatos de ballet que bailan muy feo cuando se suben a los transportes urbanos;  pero en los testículos de la medusa nacen leones emplumados con pies de acero y un cohete en la espalda que ofrecen una coreografía excelente dentro y fuera de los transportes. Los renacuajos quedan relegados a ver el baile tras los cristales de los transportes: en los buses, en los trolebuses, en los metros, en las bicicletas, en los triciclos, ellos son miedosos de lanzarse al río sin un salvavidas, NUNCA hablarían con extraños, se santiguarían tres veces si alguien le pregunta la hora; a menudo ellos son los más sociables en la escuela, en las reuniones familiares serán los más EDUCADOS, pero por alguna extraña razón se mean en los pantalones dentro del fluir orgásmico de la vida. Cuando se suben a un transporte SOLOS, mirarán de 25 a 45 grados alternativamente tras los cristales o verán los relatos amorosos al frente del otro asiento y reirán  de 2 a 3 segundos, aunque hay excepciones si alguien le da un paro cardíaco o si se choca el transporte optarán por mover su cabeza de 120 a 180 grados. No abrirán la ventana más de las 3\ 4 partes de ella, o recibirán miradas de desaprobación social. Lo que ven y piensan tras los cristales es un misterio oculto que se repite alrededor de TODO el planeta, se ven caras amargadas que piensan en el alza de los precios, en el futuro promisorio, en lo bien que le fue hace 15 años, incluso hay personas que me han dicho que están tramando su próxima novela…literatura… ¡Qué miedo!  Ellos no podrán transportarse al corazón de DIOS sin un manual de urbanidad, estarán perdidos, siempre llevarán un mapa; si no saben en donde queda alguna dirección pedirán ayuda a los policías, a los topógrafos, a los ingenieros, pero NUNCA vagarán por el transporte aleatorio del azar. Yo sabía esto teóricamente y me daba miedo que estos temas nunca se trataran en Comunicación social o sociología, ni hablar de Literatura. Sabía esto instintivamente antes de conocer a Spike Junior, él me dio un nuevo manual en VIVO. Cuando lo conocí en el trolebús me habló del TRANSPORTE DE DIOS, es decir que en los transportes se puede obtener un cohete de experiencias que se alojan en la medula espinal, una energía atómica que puede crecer en tus manos y sanar con ellas, un tubo de escape que puede alojarse en la glándula pineal, por consiguiente en TÚ imaginación, que puedes obtener en el vientre una caja musical para cantar más fuerte que la música de los aviones o las ballenas, me contó que era un verdadero león con pies de acero ¿Cómo lo logró? le pregunté. Mira lo que yo hago. Entonces se subió una chica de contextura media, lentes y pecas, bolsito y gafas a la moda… me dije va a ser difícil que ella hable algo con él. Una chica aniñada. ¿Qué es eso? me dijo. Ya verá, le dije.  Cuando entró al trolebús se tapó las narices y dijo: Huacala aquí hay full indios y loosers.  Enseguida Spike Junior atacó: Alce la piernita, sin golpearse, súbase la faldita… siéntese niña, venga a mi costado. ! Eso! Mire que bien, ve que es fácil, sólo es cuestión de perder cuidado. ¡Qué guapa que está! Mire lo que la creación puede hacer. Mire, le diré una cosa, la juventud es lo máximo que tiene un ser viviente de esta hermosa tierra. Cada vez que me subo a este trolebús, siento que envejecemos 10 veces más que en las calles, mire como se sube la gente toda preocupada y trompuda, es verdad niña un día vendrá Dios en persona a ver lo que sucede en el trolebús y no lo creerá. La tierra está condenada. Los trolebuses son un atolladero de puercoespines ciegos oyendo el vals de la muerte. Así que no desperdicie su juventud, esos labios tersos, esos muslos de gelatina y esas caderas…. Ehh… bueno…No las desperdicie; mire, una vez conoci una náyade colombiana que me jaló las orejas y me dijo: Spike, tiene que elaborar una teoría que mezcle los chupetes de fresa y el limón con sal. ¿Sabe qué es eso? La chica se sintió tan confundida de lo que acabó de escuchar que sólo alcanzó a pronunciar como si estuvieran pronunciado su último estertor: No tengo la menor idea, sólo que tengo que bajarme en el Recreo, tengo que ver a una amiga. Al momento se subió una pareja de chicos colegiales de unos catorce años.  Spike comenzó a cantar un vallenato con todas las ganas y se paró a bailar en corazón del trolebús. Venga Iori, venga a bailar en el centro de la pista. La pareja se arrimó en un rincón del centro del trolebús. Los seguimos y comenzamos a cantar una canción que decía: Tu amor es una barca que trae mis sueños. Yo la tarareaba con una peinilla y una botella de tesalia, era algo tan nuevo para mí que me excité y canté una canción que escupía en los viejos días de borrachera y amanecida: If you twist and turn away, if you… lo gracioso es que converti una balada melosa en el heavy metal mas salsero y me encendí en el coro de la canción… I am awake… I am not sleeping… bailando con la forma excéntrica de Cindy Lauper y la gracia de Delfín Quishpe. Manoteaba, aplaudía, saltaba, daba cabriolas. Abracé a Spike Junior como sólo los locos de remate pueden abrazar. De pronto el trolebús comenzó a ser un circo: vimos conversaciones fortuitas, besos con lengua, abrazos, robos, pleitos, incluso algunas personas pensaron que estábamos trabajando y nos dieron dinero.  Seguimos cantando y la gente comenzó a aplaudirnos. Nunca vi tanta felicidad en la pareja que estaba besándose, era como si fueran los únicos seres sobre la tierra. Spike Junior entabló una conversación con ellos les dijo que no se preocupen por el futuro, que vivan el momento, que tengan 7 hijos  y si pueden más. Ellos no paraban de reírse. Cuando llegamos a la parada del Centro Comercial tenía una duda, porque me habló del TRANSPORTE DE DIOS. Enseguida le pregunté. ¿Crees en Dios? Él me dijo que si, y luego miró al centro comercial, con una mirada que emanaba fuego. Nunca la olvidaré, luego suspiró y dijo: Miras todo este centro comercial, dentro de cien años no habrá nada, ni una partícula de lo que ves ahora, nosotros también somos partículas dentro de una estructura atómica o DIOS. Nos perderemos con ellas, sino nos transportamos. Lo quedé viendo. Si, iori transportarnos para siempre, viajando eternamente…
---Parada del Centro Comercial El Recreo. Señores y señoras, servidos, gracias.

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