EL CONCILIO ETÉRICO CON TUMBONAS DE PLÁSTICO
Caminaba bajo una lluvia pertinaz observando las pancartas de anuncios navideños, uno de ellos decía: Cambie su vida, no tema, es gratis. Att: Kuttumi, desde las altas esferas sosteniendo la vibración dorada en el polo norte Navideño. Como nadie me daba un regalo navideño me largué a la reunión que comenzaba a las seis de la tarde. A la entrada del hotel vi el anuncio: Hoy El Concilio Rectangular Con Tumbonas Plásticas.
Al entrar me di cuenta que era el único y el primero a pesar de que llegué a las 7 de la noche, bajé los brazos y me reí. Entré a una habitación del Hotel donde esperaban dos espirituales: El macho era rubio y de ojos azules cielo, piel de bacalao remojado, un cuello largo y manos sudorosas poseía una camiseta con la foto del amado Kutummi; abrazaba a una hembra rolliza y pecosa una sonrisa estampada, como si Jesús o Sananda le estuviera dando un puñetazo eterno.
Se dice que un metafísico puede cambiar las vibraciones, pero cuando entré dando tumbos para arrellanarme en el asiento como cansado de la vida, ellos se asustaron y les dije: Soy Nassim, no teman y me reí. Me saludaron, me acariciaron el tumor del chakra de la coronilla y me dijeron: Vamos Al Concilio. Me senté en las tumbonas Rojas y me tiré un pedo Rosado.
A las 8 de la noche vinieron gente de todo Monaceros y el Caribe. Vino un tipo de contextura gruesa que hablaba como Costeño pero era Serrano con residencia en el polo Norte. Cuando entró alzó los brazos y se arrodilló al Sagrado Corazón Palpitante, que era una pequeña luz roja. Abrazó al macho de ojos azules y le besó en los labios, luego nos abrazó a todos. El momento que se acercó a mi me dijo: Siento que tu obrar está en el Bajo Astral, debes apoderarte del Espíritu de lo Que es. Yo le dije: ¿Cómo? Él respondió: Sigue los Cielos Dulces de la Montaña Sagrada. Le respondí: Tú sigue los caminos de la Avenida, porqué no te entiendo. Él me dio un beso como Judas le dio a Cristo. ¿Quién eres? Me dijo. Soy Nasimm, un estudiante. ¿Y tú? Soy San Nicolás, el bueno de la navidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario