jueves, 26 de enero de 2012

DIOS CAMINA POR LAS CALLES: EL CABALLO DEL DIABLO (HISTORIAS DE RECICLAJE) SANTIAGO QUELAL PASQUEL

                             El caballo del diablo sigue fumando                   ioriposeido. S.Q.P
Has tocado un caballo del diablo en un tronquito que surfea en frecuencias modulares sobre la ciénaga; admíralo: es suave y aterciopelado. Se mueve mientras acaricias sus patitas de serrucho azucarado. Escribes sobre su pequeña concha una historia del lejano magma del Vesubio que ha de explotar en sueños acuíferos por tanto humo que sale. Es lento y  quiere sobrevivir alzando el pescuezo del cráter. Hazlo bailar para que no se aburra; hay música de silfos tetraedrales en los musgos de tu cuello, moneditas de agua sobre la tensión superficial. Échalos a rodar sobre el tubo  y pídele un deseo que forme parte de un sueño de monja en taberna. Algo malévolo como que le crezcan bigotes de mosco fumador a tu pelada del piso de abajo. Ráscale la panza para formar una sustancia pastosa que le sirva para rasurarse. Buen chico, ya sé que no sale y temes destriparlo, bueno sino lo haces lo vas a estar tu. El problema es como sacarlo de esa cortina de humo que nubla su visión. No se pueden ver, solo se sienten. Construye un pequeño palito con un alfiler en su centro y de inmediato ve a la ferretería y dile al viejo que te ayude a destapar la cañería. Alguien ha estado fumando demasiado y temo que el agua es rica en nicotina buena para las encías, ten cuidado de no avisarles a los inquilinos. ¡No abras la boca!

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