viernes, 22 de julio de 2016

341) Basura, Héctor Abad Faciolince. Escribir para uno mismo y para botarlo.


Imagínate estar leyendo y escribiendo sin enseñarle a nadie, sino a tu sombra, ni siquiera nunca pensar en publicar nada, algo así afirma Elías Canetti en el epígrafe de la novela de Héctor Abad Faciolince. Epígrafe muy acertado para la historia de la novela, que trata de un viejo escribidor que escribe para él mismo, tiene muchos intentos de novelas, cuentos, pero la mayoría los bota a la basura.
La historia no es narrada por el viejo, sino por un vecino, no sabemos mucho de este narrador testigo, por lo que su autor maneja bien el silencio y se limita a contar la historia del viejo, con esa curiosidad latente que marcan los narradores testigos, porque no sabemos si el viejo morirá o no, ya que la novela no la cuenta el personaje narrador. Es el escritor Davanzatti, viejo escritor que ha tenido sus momentos de fama en algún tiempo, pero ahora es olvidado por todo quien lo ha conocido. Ahora se dedica a su arte en soledad, con amargura y resentimiento, incluso contra sí mismo. De algún modo ese escribir es casi como el respirar de este viejo, porque no tiene obligaciones con nadie, ni con nada, y puede escribir mal o bien, pero sin la critica de nadie. Claro, eso es lo que él cree, pero lo interesante es que alguien lo espía, lo lee, lo critica, e incluso le teme, como quien se de descubierto leyendo el diario íntimo de un adolescente. 
Buena novela, me gustó. Me gustaron sobre todo las muestras del estilo de Davanzatti, ya que en los capítulos va intercalando partes de novelas o cuentos, la mayoría muy malos escritos, aburridos, pero con una sazón especial, muy bien escrita desde el punto de vista de Héctor Abad Faciolince, alejándose por un momento por el hechizo que dan las buenas novelas para hacernos creer que estamos leyendo una historia supuestamente real. Me gustan las historias de Davanzatti en el sentido de que no tiene conseciones por nadie, y me da la impresión de una soledad prístina, natural, salvaje, a la cual nadie tiene que reprocharle nada, porque ni siquiera la conoce. Esa rebeldía solitaria que tienen algunos escritores desconocidos para decir lo primero que se les viene a la mente, o lo que se les sale de los testiculos porque en el fondo, saben que no son observados por casi nadie, excepto por sus escasos amigos. Ese pendejismo es brutal es Davanzatti. Ese pendejismo, según los directores de orquesta de la literatura y la crítica literaria, muy malos, pésimos para la novela, pero siendo sinceros a todos nos gusta saber, ese mezclar casi indistinguible entre la realidad y la ficción. Leyendo los manuscritos de Davanzatti uno se da cuenta que a veces no son historias, sino un diario de ficción muy mal hecho, pero por su naturaleza real, muy interesantes de leer, porque vinculamos la vida de un Davanzatti y sus personajes flojos, inacabados, que se funden con el autor. 
El personaje narrador tendrá que atar cabos, tratando de descifrar entre sus escritos ese ovillo que desata la realidad en su ficción, buscará conocidos, familiares, que le den más madeja para contar la historia, para seguir investigando de manera casi detectivesca, la novela entera, la novela real que es la vida de Davanzatti. Ese desatar entre la ficción y la realidad (en el hechizo del mundo de la novela) es lo más maravilloso de la historia. Existe una parte de negación del propio escritor en uno de sus escritos porque está tachado en su totalidad, quizá es la historia más incoherente, pero en sus resquicios existe un misterio que devela la verdadera realidad de Davanzzati, y la realidad ficcion muy bien escrita del propio autor, porque parece decirnos que escribir novelas es de algún modo una manera de entrar en un subterfugio alternativo de vivir, de estar atentos, e incluso cambiar la realidad desde la ficción. Es una novela en la que la vida y la literatura se mezclan de una manera intolerable. Genial.








jueves, 21 de julio de 2016

342) Interpelación a Jesús de Nazaret, Salvador Freixedo, 1989.



     Salvador Freixedo, el ex jesuita, ahora converso a la racionalidad arremete contra Jesucristo en este libro, lo baja de su cruz para conversar con su conciencia en la actualidad, no como Jesús el hijo de Dios, sino como un ser humano. Sin respetos, ni miedos idiotas de la religión, sino de frente, con sinceridad, como bien lo sabe hacer este viejo cachondo de Freixedo. Cuando comencé a leer este libro, una imagen en mi cabeza empezó a aparecer, era la imagen de un Cristo Arrepentido de haber dicho semejantes bobadas, o con Lágrimas en sus ojos por haber sido el creador de una de las religiones más horrendas de la historia: el cristianismo.
      Freixedo habla con él sin temor a infiernos, ni recompensas en el más allá. No. Freixedo deja estas creencias infantilismos y adoraciones de llamarlo "Salvador", no muchachos, Freixedo enseña a pensar por nosotros mismos para que nosotros seamos nuestros propios Salvadores.
      El libro es corto, pero contundente, con diversos temas:
      La luz del mundo: Trata sobre la famosa frase de Jesusito, Yo soy la luz del mundo, desde el punto de vista obediente del crisitianismo trata de seguir a un Jesús, con su supuesta luz. Si lo leemos con sentido crítico esta frase quiere decir que cada uno es su luz para sí mismo, como decía el bueno de J. Krishnamurti.
       Navidad: Uy mis amores, qué se dirá de esta joya de navidad, que si viviera ahora el Jesusito, se cabrearía tanto con todo el mercantilismo que hay alrededor de esto, además que las agencias de viajes perderán mucha de sus ganancias. Navidad en la actualidad es sinónimo de ventas, ayudado de personajes ficticios como Papa Noél, Santa Clauss, Los Pastores, El Árbol de Navidad, Los Ciervos Voladores, hasta las Ramas de Acebo y el Muérdago. Vamos, qué cosas tan infantiles que se inventan ya en una época donde tendríamos que madurar como seres humanos.
        No vine a traer la paz, sino la guerra: Es la frase de Jesusito, bueno, sea cierta o no, a quién la importa, los hechos de esta mala religión hablan por sí solos: asesinatos, guerras, torpeza, incoherencia, sin respetar las diversas creencias y culturas.
       La santa misa: Mis niños, mis niñas, esto de la misa se ha convertido en un adoctrinamiento de masas multinivel. Quiero decir que no sólo es una manera de lanzar toda las historias infantiles de esta religión, sino una manera política de llegar a deformar las ideas de la gente, desde su manera de educar a sus hijos, hasta la manera de relacionarnos, de hablar de política, deportes, y todo lo que se les ocurre de una manera que a ellos les conviene. En qué mundo vivimos, mis cariños.
         Qué perdida de tiempo es aquel ritual sin sentido.
         Tus representantes: Uy, esto es de susto. Papas, sacerdotes y todo ese tinglado de gente política que no hace sino daño a este mundo. El dios de tus representantes no es Dios de Amor, sino Dios de Dinero. Investiguen cuánta plata se lleva el Vaticano, toda esa ridícula pompa diociochocesca. Uy esto sí que es de asco y miedo y susto y miedo y susto y asco. En el libro nos enteramos de esta barbaridad: 
      He aquí lo que se consumió en la boda de una sobrina del Papa Juan XXIII (1316-1334): 8 bueyes, 55 carneros, 4 jabalíes, 200 capones, 690 pollos, 580 perdices, 280 conejos, 40 codornices, 2 grullas, 2 faisanes, 2 pavos, 292 aves menores, 3000 huevos, variedad abundante de pescado, 2000 manzanas y peras, 4000 panes y 2000 litros de vino.
       Vomitemos.
        Te fiaste de tu padre: Y bien cuál fue el papito de Jesusito, pues ese Señor Barbudo que dicen que es Dios, y quién carajo se va a fiar de ese Dios Demente que mataba a su pueblo escogido como si fuera su hobby. Dios estaba loco, Jesusito, bueno, qué les diré. Aquí Don Freixedo le susurra a Jesús que nos enseñe a usar la cabeza para algo, para hacerla libre y para usarla.
          La mujer: Uy, mis niñas no han sido libre en la religión, ha sido maltrada, humillada y excluida. Para la Santa Iglesia la mujer ha sido El Diablo, El Camino de la Perdición, La Víbora. Bueno, sólo me cabe preguntar por qué carajo todos los amiguetes del Jesús, los apóstoles, eran hombres. Y se llenarían libros enteros con este tema, pero, da lástima pensar en esto.
      Masoquismo: Según Jesusito, los más pobres, humillados, perseguidos, dolidos, ellos entrarán a los cielos. Estudien a Mateo y Lucas en la Biblia y otros miles de pasajes de la Biblia.
         Tus Teólogos: En fin, que se callen, porque sus palabras no son suyas, sino aprendidas, o de algún librito sagrado.
        Fuego eterno: Mamita, creen todavía en el infierno algunos por ahí, falta de calor humano y falta de fuego en su corazón.
       El cristo de las cumbres: Alza la vista y mira tu ciudad en todo lado está el Jesusito, ya pues bájate, ya estás mucho tiempo creando miseria y miseria y miseria.
       Hijo de Dios: Linduras se inventan en el cristianismo. Según el loco de Freixedo, PURA MASTURABACIÓN MENTAL DE GENTES QUE NO TENÍAN TELEVISIÓN.
        La católica España: Dios mío, líbrame de sus reyes, príncipes y princesas de porcelana.
         El cristo de los poetas: Uy, este libro es de 1989, me imagino que Freixedo ya leía poesía en esa época porque los poetas son gente rara, rebelde que arremete con los diversos temas de la vida, y Freixedo también fue y es un rebelde que abrió la mente de la religión. Este capítulo es una verdadera fiesta de poemas de León Felipe, Curros Enríquez y otros niños ingenuos y curiosos, esos niños que llaman poetas.
      Tu Sabana Santa: Bueno, voy a lavar mi sábana que ya está sucia, que es lo único que me interesa.
       Destructor de culturas: Sin comentarios, estudien mis moscas revolucionarias. La destrucción de mentes y culturas se lo debemos en gran parte al cristianismo.
       Así finaliza el libro divertido y rico en temas de este señor, tratando de reconciliarse con Jesusito. Freixedo, (ahora julio 2016), ya está por los 93 años y sigue dando caña a diestra y siniestra, con sus libros de ufología, religión y sonetos. Un verdadero genio este viejo. Aplausos por su existencia.