Comentario:
El libro de Filosofícula (1924) de Leopoldo Lugones destacan varios cuentos cortos de corte filosófico, muchos de los cuales aluden a una figura de Jesús. No histórico. No religioso, sino lúdico. Mediante el gran arte de la ficción, estos cuentos tratan de calar hondo en la crítica e imaginación de un Jesús humano, así como sus escribas, resucitados y apóstoles; en este caso el cuento La dicha es vivir, es una muestra preciosa, en el cual penetra en el asunto de la resurrección. No religiosa, sino juguetona. ¿Qué es la resurrección desde el punto de vista religioso?, dar la vida a un ser humano que está muerto. En cambio en este maravilloso cuento, Naim el resucitado vivía mejor en su anterior vida, con pecados, cuando gozaba de la vida, era feliz tomando vino, disfrutando de las mujeres y amigos, y ahora que ha sido resucitado por el maestro Jesús, está jodido, es como un muerto de vida porque le han quitado los pecados. Este tema de la resurrección se ha topa también en el magnífico libro El Arte de la Resurrección de Hernán Rivera Letelier, mostrando a un Jesús más humano, libre de ataduras religiosas y morales.
RELATO LA DICHA DE VIVIR:
Poco antes de la oración del huerto, un hombre tristísimo que había ido a ver a Jesús, conversaba con Felipe, mientras concluía de orar el Maestro.
-Yo soy el resucitado de Naim -dijo el hombre-. Antes de mi muerte, me regocijaba con el vino, holgaba con las mujeres, festejaba con mis amigos, prodigaba joyas y me recreaba en la música. Hijo único, la fortuna de mi madre viuda era mía tan solo. Ahora nada de eso puedo; mi vida es un páramo. ¿A qué debo atribuirlo?
-Es que cuando el Maestro resucita a alguno, asume todos sus pecados -respondió el apóstol-. Es como si aquel volviera a nacer en la pureza del párvulo...
-Así lo creía y por eso vengo.
-¿Qué podrías pedirle, habiéndote devuelto la vida?
-Que me devuelva mis pecados -suspiró el hombre.
FIN
EXTRAÍDO DE CIUDAD SEVA
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