JUEGA CON DIOS UN DE TENNIS INTELECTUAL
Santiago Quelal Pasquel
Tennis que plagiar autores
Tennis que escribir sobre ellos
Tennis que reescribir sus libros
Tennis que devolver sus opiniones
Tennis que jugar tennis y serás intelectual
Estoy enloquecido por un libro de Alphonse Stubel que trata de la cartografía de los volcanes en la época de mi amigo y presidente imaginario Gabriel García Moreno, luego escucho el sonido acompasado de una niña del colegio Manuela Cañizares que entra en la Biblioteca: lentes, pecas seductoras en sus líneas de Venus, faldita azul y una mirada de lince atacada por un león. Luego musita una frase con su amiga y se pasan cuchicheando toda la hora. La bibliotecaria atisba por el pasillo y retuerce sus lentes de botella. Un viento suave entra silbando por entre sus piernas y me llega a la cara, luego hacia la copiadora y mis pelos se desbaratan: viento, fricción, compas, ensoñación de acordes oceánicos, sudor visceral tras ese sonido, como resultado me guiña la pasta de un libro de un muchacho llamado Alexander Efron que quiere meter en mi cabeza su Exploring Sound de forma que cada onda de sonido se grafique en logaritmos y como los cuchicheos de las niñas del fondo revelaran su sordera de lenguaje cuando se den cuenta que las consonantes en silencio son más fuertes que gritarle al oído. Entonces mis lagañas espectrales se difuminaron hacia la luz, iban y venían, tomaban y daban, me pregunté si algo de todo esto servía para algo. Si caminas por la calle pensando en tu monografía corres el riesgo de volverte loco, si al paso están los mendigos pidiéndote caridad con sus manos sucias pidiendo el tema del hambre, más arriba una prostituta sonriéndote y más allá los jubilados pidiendo atención al seguro social. Tienes que ponerte una coraza de metal a tu alrededor o ver la forma de irte a una cueva con conexión a internet, hidromasaje, sauna, cócteles. Tenía que hacer una INVESTIGACIÓN, pero como, me sentía defraudado de no poder hacer una sola página de una monografía. Mono = 1 tema en especial, al darle vueltas al tema se me ocurrió que los espectáculos de masas son propicios: sentarte en el palco de un estadio de fútbol y ver como los DT dirigen la armonía del partido, y los jugadores concentrados en pasar bien el balón, achicar, robar espacios. El futbol es Ecuador con todos sus gobiernos, sus ismos, sus identidades. Creer seriamente en Ecuador y el futbol son pasatiempos que te otorgan el papel de ciudadano adaptado. El futbol es una monografía porque se necesita concentración, fuerza, agilidad, y luego decir a los reporteros: Bueno, hay que seguir trabajando y hacer lo que el profe diga, y si le preguntan que le diga algo a la hinchada responderán: hay que sumar puntos en la tabla para tener una oportunidad. Creo que lo mismo se aplica a buscar un tema de investigación tal y como la conocemos y sentarte a escribir, si echas la moneda al viento y te largas investigas sobre el sudor de la prostituta en sus nalgas y más arriba dices no, porque no investigamos la manera de la gente de comportarse en los autobuses estaría bien. Llegas a tu casa y ves un montón de basura, alzas una piedra y contemplas a un alacrán matando a una babosa y te recuerda a la Conquista de América, si un payaso español conquistó América con su reinita porque no conquistas la calle, ups primero hay que desayunar y vas a comprar la leche y te quedas pensando en la pasterización. Te vas a la pasteurizadora y en vez de entrar a la planta te quedas preguntándole la hora a la niña de minifalda azul, luego se hacen amigos y te invita a una cerveza, ya en tono te invita a la Costa y en la noche te das cuenta que no te alcanza el dinero, pero te gusta tanto la niña que empeñas tus cosas en LA OLLA DE ORO y ZAS te largas de tu casa sin hacer nada y con novia nueva y--- hasta el infinito. Para llegar a hacer monografías y tesis políticamente republicanas de nuestro honorable país es necesario una responsabilidad de acero fundido, o del material que usan los OVNIS, o sea un material rígido pero que sea manipulable, tienes que ponerte cinturón de castidad y unas gafas que vean cosas lindas y buenas a tu alrededor, tienes que ser un masón sin saberlo. No llegas al hueso, solo te pueden dar una palmadita, o aplausos en una conferencia patriótica. Luego te queda el camino de la supuesta irresponsabilidad del escritor, de dejarte llevar como el viento, esas gafas no pueden ser más parecidas a las gafas del personaje de la película de Jhon Carpenter: They Live (Ellos viven) a diferencia que en nuestra visión este nuestra imaginación y no iluminatis. Si caminamos por la calle de la imaginación veremos metano, luego fuego. Donde hay fuego no puede haber cenizas, el fuego abraza todo y lo quema pero no lo termina, solo lo devora y no acaba. Seguí con la idea de sentarme en el palco de los deportes de las masas, a diferencia que era un deporte más personal, me fui al parque la Carolina un domingo a ver cómo juegan tennis, es importante entender que hay tres tipos de tennis: el tennis donde juegas con la pared, el tennis donde juegas con tu oponente y el tennis DOBLE con 2 contrincantes. El tennis contra la pared lo descubrí cuando comencé a escribir la primera página de mi investigación de la literatura afro-ecuatoriana, no sé porqué empecé, la verdad siempre he considerado al negro como un hermano teóricamente, parafraseando a Withman: Cuando conozco a una persona no me importa si es blanco, negro, judío, musulmán, me basta con saber que es un ser humano. Luego investigué a Carlos Alberto Coba un excelente investigador, tan excelente que sus primeras dos líneas ya había citado a 3 o 4 autores y en cada página un pie de página de más extensión que la propia página. En cada definición se ayudaba de comentarios de antropólogos, educadores, filósofos etc. Era un vaivén del aire, pero no me decía nada, si atisbaba afuera en la ventana el negro inspiraba desconfianza en la Marín, robaba, asaltaba, violaba y negro que corría ¡Negro ladrón! Juyungo como decía Adalberto Ortiz. Es cuando me di cuenta que les tenía terror a los negros y por eso quería escribir sobre ellos, además de su rara energía y su marimba africana surrealista. Sus colores brillantes, su alegría torpe. Creo que la escritura de una investigación es teóricamente útil, en tanto que los parámetros de tu conciencia estén alertas de lo que haces. Pude llenar un libro de 100 páginas sobre literatura afro ecuatoriana pero no llegaría a nada. Solo al bla, bla, bla y al nah de nah. Era un teatro. Estás golpeándote con la pared, no juegas con nadie, sino contigo mismo. Puedes escribir sobre libertad, amor, identidad, pero siempre jugando contigo mismo, haciendo LITERATURA, masturbándote mentalmente si al cruzar la puerta eres una sombra que hablas DURO en conferencias intelectuales, pero solo escuchas el eco… el eco… NO HAY NADA, mientras te dan diplomas de patriota, de identidad, palmaditas de los intelectuales, bien dijo Henry Miller: MATA AL INTELECTUAL, MATA AL SURREALISMO. Pienso que tener identidad en algo implantado es algo sin sentido, separa a las personas en vez de unirlas, sentir el Sumak Kawsay es una idea ecuatoriana del buen vivir respetando la naturaleza y su ciudadanía solo en la constitución, es una teoría que respeto mucho pero que es TEORIA al igual de lo que sucedió con los teósofos a cargo de Anni Bessant, Blavatsky y consortes en EEUU, queriendo implantar la hermandad universal por medio de la política comunista y el surgimiento de Krishnamurti como nuevo mesías o algún presidente aquí, da igual. Una identidad en la imaginación no es aceptada socialmente, una identidad de autor vinculado con todos y con nadie, respetando su autonomía. Tienes que ser ecuatoriano, indio, negro, mestizo, estudiante, luego profesor, abogado, intelectual, reparador de alcantarillas y así. La mayoría de gente juega al tennis consigo mismo, pero con una máquina de botar pelotas, sin descanso, ordenándole cuando debe disparar y en qué condiciones morales y éticas. No juega ni siquiera consigo mismo, juega con el Estado, juega con las leyes, juega con el ecuatoriano y no con el colombiano, peor con el yanqui malo. Un gordo barbón me preguntó que hacía aquí y si quería una buena biela para ese solazo, clarín le dije, espere que llegue mi amiga, ella le comprará. Pero tiene Pilsener, esa es buena. Entonces entraron a jugar dos jóvenes, un creído aniñado de facciones femeninas como Tadzio de La Muerte en Venecia y otro barbón como Carlos Marx. Bien, veamos la lucha de clases, me dije. Capitalismo VS Comunismo = Socialismo en la NET en la RED. Era un buen juego de tennis.
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