sábado, 25 de diciembre de 2010

EL PSICÓLOGO HABLANDO CON DIOS


La Psicología es tan superflua como una indicación para usar veneno

—Karl Krauss—

Abrázame fuerte madre que tengo que vérmelas con el mundo. Abrázame Freud que he descubierto que no solamente soy el preferido de mi madre, sino de mi mismo, porque me he conocido sin psicoanálisis, ni hipnotismo.

El psicoanálisis es un arte y los consortes de Freud son sus Lavapiés. Freud es un artista en la ciencia más positiva del mundo, como lo es la psicomagia de Jodorowsky. Freud se rió de la raza humana en su lecho de muerte por sus dudas respecto a lo que hizo. Crucemos la sombra de esas teorías, son libros que solo ellos conocen, es su universo.

Lo que vibra en nuestro interior nadie lo conoce. Nadie lo ha conocido, ni lo conocerá, llevamos al niño tímido de nuestra infancia en la palma de la mano, pero es necesario llevarlo junto a nuestras cabezas, o comerlo con salsa picante y papas fritas.

Iremos a una piedra altísima como Jung y escupiremos al mundo, lo orinaremos con nuestro mundo. Habrá una simbiosis secreta en la cual nuestra mente dará la orden que las sustancias tóxicas del organismo salgan al exterior. Mearemos dando nitrógeno, potasio, en las caras de nuestros amigos y enemigos. Habrá guerras, sangre, conflictos. Echáremos todo por la borda. Luego nos reintegramos al mundo con una orina mucho más rica y diferente con elementos aun no conocidos en la Tierra.

Entonces entenderemos a la niña Babette, quien habitaba en el centro psiquiátrico de Burgholzli quien dijo: Soy un budín de ciruelas con fondo de harina de maíz. ¡Nápoles y yo tendremos que hacer tallarines para todo el mundo!

Los psicólogos son marionetas de los mandamientos de la sociedad. Sólo unos pocos entienden eso y trabajan gustosos en su profesión. Quieren alcanzar la felicidad, quieren cambiar a las personas para que se comporten de forma adecuada. Les falta creatividad a sus teorías psicológicas desde 1800. El arte juega un papel importante en la ciencia psicológica.

Es hora de pasar un espejo por la humanidad. Todos somos neuróticos, en especial quien quiera imponer sus ideas a los demás.

Patearon en el trasero a Wilhem Reich, destacándolo de esquizofrénico con su máquina de hacer llover: Cloudbuster. Me imagino que él aun estaba recordando lo que le dijo su padre: Las personas retienen sus emociones, no permiten que la energía fluya, les da miedo sentirse bien y tratan de evitar que sus hijos se sientan bien. Bloquean sus instintos naturales (Así como el aire está bloqueando en el cielo) Y la energía queda atrapada en lugar de manar libremente. El estómago se les pone tieso, la respiración entrecortada, tienen los labios rígidos, viven detrás de una máscara, pronto empiezan a odiar porque temen ser libres, temen ser felices. Reich fue un artista científico.

Del mismo modo el psicólogo comparte esta enfermedad humana en cada colegio, en cada empresa, en cada centro de reclusión para diferentes. A menudo hay que preguntarse: ¿Quién es el loco? ¿Ellos o los otros?

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