Un híbrido de Rosa Montero. Cuando se lo comienza a leer no se sabe si es una autobiografía novelada o un ensayo dedicado a los novelistas; conforme se avanza en la lectura se da cuenta que no es nada de eso, sino un híbrido. Una mezcla audaz dedicada al maravilloso oficio de escribir, con todas sus torturas, manías, las cuales Rosa Montero navega mediante la rememoración de sus autores y novelas preferidas que hicieron de ella una novelista. Ese navegar es básicamente la imaginación, la loca de la casa que hace posible a los escritores crear libros, arrendar un piso, quizá pequeño, grande, para dar rienda suelta a la pasión de escribir.
La loca de la casa es un libro, sobre todo humano, porque trata a la creación de una novela como si todos los seres humanos seríamos novelistas. Novelistas de nuestra propia vida:
Los humanos somos, por encima de todo, novelistas, autores de una única novela, cuya escritura nos lleva toda la existencia, y en la que nos reservamos el papel protagonista. página 11.
En este libro se encuentra la relación estrecha que existe entre la pasión de escribir novelas y enamorarse, ya que Rosa Montero cuenta con historias personales, cómo esa pasión del amor nos puede llevar a exaltar a la loca de la casa hasta su punto más alto, de igual manera al escribir novelas. A ese espacio cerrado de un libro, en el cual tratamos de ordenar, poner capítulos, un principio y un final.
Con esa misma pasión con la que se ama, también se escribe; pero no sólo es necesaria esa pasión, sino una cierto equilibrio en la loca de la casa, para que no genere demasiada emoción y deseos, como si nos quemaríamos, pero sin quedarnos en el fuego:
Pero el problema es que, para ser un buen escritor, hay que desear serlo, y desearlo, además de una manera febril. Sin la ambición disparatada y soberbia de crear una gran obra, jamás se podrá escribir ni tan siquiera una novela mediana. De manera que, por un lado habría que intentar alcanzar cierta beatífica ausencia de deseos y emociones; pero por otro, hay que arder hasta hacerse cenizas por la pasión por la literatura y en el afán de crear algo sublime. pagina 116.
El tema que más me impactó es el tema del capítulo 14. El origen de la loca de la casa, sus orígenes y sus infinitos alcances. El origen es la imaginación, aquella loca que está en todas las personas, en menor o mayor cantidad. Unos la alimentan más mediante la lectura, las películas, los viajes, sus experiencias y la enmarcan dentro de su contexto familiar, cultural y la apuntalan con su personalidad, su psíquis. Es una compleja estructura que crece a medida que somos más curiosos. Por ello Rosa Montero dice que cuando somos adultos perdemos la capacidad de dejar de saber, cosas y perder esa mirada múltiple. página 176. Y cita a James M Barrie, el autor de Peter Pan con su genial frase: No soy lo bastante joven para saberlo todo. De manera que los escritores, especialmente los novelistas son aquellos niños que se niegan a crecer y prefieren seguir explorando en el mundo de la loca de la casa, porque la novela es por excelencia un mundo maravilloso de descubrimiento en el cual no se sabe cuál será su final, ni su historia, sino lo recorremos.
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