jueves, 13 de agosto de 2015

355) Jorge Velasco Mackenzie, El rincón de los justos 1983


Novela con mucha técnica y un ritmo desesperante. 
Parece que las líneas se estrujan entre sí.
Matavilela, lugar donde se mata la vida.
Allí surgen personajes con carácter.
Fuertes y mansos como el Guayas.
El ojo mirador que mira a Leopoldina.
Siempre.
Vigilante.
Ojo que espera la muerte de la visión clandestina de la 
aceptación de lo inesperado.
Cristof, el equilibrista, que está en la cuerda floja y mira a los personajes en la 
clandestinidad de Guayaquil. Calor, humedad y la fricción del dolor. Miseria ilusa y la vida es una carretera que continúa sin insectos ni Dioses. Nada, en el Guayas el dolor se exhala.
Suerte o Muerte, panas.
Sexo o nerviosismo. 
Narcisa Puta. Narcisa Virgen.
Da lo mismo, man.
Mil sentimientos y un incendio final.
Fuego de sangre, odio y amor.
Recorrerá esta novela por tu sangre.
El rincón de los solitarios.
Justo en el clavo.

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