jueves, 9 de octubre de 2014

FÚTBOL MIXTO, BREVE ACERCAMIENTO MARCO VINICIO MANOTOA


 LOS LIBROS LOS LEEN LOS INÚTILES
PEDRO GIL

Hay una novela para contar y otra por escribirse. Ambas nacen de la palabra, pero se diferencian en la intencionalidad del sujeto que las hace. Así, la primera es aquella en que se nota un dominio cabal del arte escritural. Mientras que la segunda, denuncia el proceso de escritura a través de su meta-ficción. L novela Fútbol Mixto es una novela por escribirse; en que se aventura Santiago Quelal en la exploración casi fotográfica de una parte curiosa  de la ciudad, como gran locus de la narrativa contemporánea; que a manera de Grombowicz ensaya fragmentos para dotar de unidad al mundo narrativo; lo que explica el cambio recurrente de narradores, y el énfasis que connota la introspección del personaje principal -un niño de diez, once años-, pensando en su lenguaje -la ruptura de la sintaxis en un nivel fonético-; particularidad que va ganando terreno a medida que se avanza con la lectura. Pero, los fragmentos colados a manera de rompecabezas en el vacío, al ser leídos como textos independientes -cosa fácil de lograr gracias a los títulos episódicos de los capítulos-, se descubre una red de influencias, que al decir de Bloom, son laberínticas y revelan al escritor en formación, y de las que vale rescatar el aporte de Letelier por su especificidad en el tratamiento del tema de los grandes espectáculos. Santiago Roncagliolo por el aporte de una sintaxis marginal en la construcción del personaje, y un vértigo en el ritmo de la novela propio de Xavier Velasco.

La historia de la literatura es la historia del combate del escritor. Bolaño, por ejemplo siempre diría que el escritor se enfrenta diariamente a su propio aniquilamiento. Por eso, la consigna de entrar en la oscuridad con los ojos abiertos se interpreta como la búsqueda del ser humano de su destino. El hacerse, la posibilidad del caos, la consciencia de la existencia como tal, se entrevé en el acto de la escritura. De este modo, la novela Fútbol Mixto delata al escritor en formación. Sobre los errores, aciertos, no son producto del azar. El juego narrativo ha sido estructurado de tal manera, que en cierto momento de la lectura no se sabe quién es el personaje que se está construyendo; pero a medida que se avanza con el texto, esta incertidumbre inicial se esclarece. Cosa difícil de lograr, debido a que cuando se escribe, si no se tiene dominio sobre las técnicas y los materiales para el andamiaje de la ficción, la verosimilitud se pierde, y el texto narrativo pierde todo su valor.

En el texto narrativo  subyacen dos textos, de acuerdo a Ricardo Piglia. Por un lado el anecdótico,  y por otro el poético. El ejercicio de escritura consiste en hacer que ambos textos se adviertan por el lector, poco a poco. Así, los dos textos de Fútbol Mixto son manejados sin mayor dificultad. El pretexto del que se parte, el fútbol como praxis y dispositivo cultural puede con facilidad prestarse para interpretaciones sociológicas o antropológicas que se centrarán en temas como el regionalismo, el valor de la cultura popular, la constitución del kitsch dentro de un contexto asediado por el post-neoliberalismo o las prácticas del consumo del neoliberalismo, o las prácticas de consumo del individuo detrás de una preferencia, en este caso ser hincha de... Pero este contexto superficial, no es más que suscitar del otro, y que dota de una transversalidad poética que hace a un texto de literatura.

El manejo del lenguaje como tal, el estilo imperante, la voz irónica y en ciertos momentos histriónica que cuenta los hechos, el el primer indicio del texto escondido. ¿Qué es lo que persigue la literatura: dar una radiografía de la sociedad en la que se vive o ver la realidad con los ojos del vidente, como diría Panero? El segundo texto es la respuesta para esta pregunta. La parodia del fútbol que se cuenta con el texto oculto. Porque no se topa el tema del fútbol, al menos eso creo, para dar una interpretación del fenómeno como tal; sino se lo toma para burlarse de él. El fútbol, entendido como el gran circo de la postmodernidad capitalista, es la industria-religiosa en la que el ser humano pone su esperanza. La propia condición humana se ve vulnerada por él y el propio sentido de la individualidad se pierde por su influencia. Burlarse del deporte más importante en la historia de la humanidad, a través de la creación de un fútbol mixto, que rompe las diferencias, tiene un sentido poético rescatable; esta ruptura con la lógica, son los ojos de lo imposible mirando de cara al futuro.

Si hay una literatura por escribirse es una literatura para el futuro. Fútbol Mixto, sin llegar a ser una gran novela, es un texto que saca a la luz a un escritor que tiene ante sí la angustia de la página en blanco. El instinto del detective salvaje vive en su cometido. Santiago Quelal, al publicar esta novela, al venderla él mismo, al dar rienda suelta a su irreverencia personal está cargando sobre sus hombros un destino. El escritor es un ser desporvisto de posteridad, se lanza a la nada, corre tras la nada. Fuera de aquí, esa es mi meta; escribió Kafka.

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