jueves, 29 de septiembre de 2016

338) La pasión de la escritura para el siglo XXI

  

        Ray Bradbury, El zen de la escritura.

    Este título se me ocurrió en el evento al que asistí: Novela Latinoamericana para el Siglo XXI, (del 21, al 23 de septiembre del 2016, en Quito), en el tuve la oportunidad de asistir el último día y escuchar las ponencias de Sandra Araya, Jorge Izquierdo y Cecilia Velasco con el tema de La novela ecuatoriana para el siglo XXI. No quiero centrarme en su ponencia, sino en cómo se me ocurrió el título. Jorge Izquierdo contó una anécdota irrisoria, vergonzosa según él, que les obligaron a firmar un acta en una notaría, para poder presentarse en el auditorio y realizar su ponencia. Algo que para Jorge Izquierdo fue humillante, mientras seguía hablando me di cuenta que muchos escritores, no sólo de este país, sino de muchos más, están obligados a rendir cuentas a las entidades culturales, editoriales, a trabajar de otra cosa que no sea la escritura para poder vivir. Algunos escritores en el siglo XXI se han vuelto casi los burócratas, políticos de la literatura. Los maestrantes, doctores, enfermeros, Phd, Hdp, académicos hasta el aburrimiento; demasiado "inteligentes" y se han olvidado de la parte mágica del arte: la pasión, la pasión, la pasión, esa inocencia creativa, dentro y fuera de sus vidas.
      No creo que sea un asunto de Ecuador, sino de este mundo. El capitalismo, el "ganarse la vida" te obliga en muchas ocasiones a rendirte, a ser como los otros artistas y no seguir tu camino.  Se han olvidado que la escritura es un juego, es una diversión que la traemos con esa pasión, ese fuego interior que es capaz de crear cosas nuevas. Aunque parezca mentira, el tema de la pasión en la literatura es todavía un tema tabú, se lo habla entre dientes, con una sonrisa sarcástica, de una manera solapada. Como si no fuera importante en los temas abordados por las ponencias en la literatura. Yo nunca he visto, ni he escuchado hablar una ponencia con ese tema en los círculos literarios de élite, siempre están hablando de temas cansinos como que no tienen espacio, nadie les da apoyo, nadie les da dinero. Temas burocráticos, casi policiales, relegando a la creatividad y la pasión de un escritor, como si fuera un lisiado, un damnificado. Si se habla de pasada es en las editoriales independientes no corruptas, sino creadas por pasión y amor. Así de simple.
       En los talleres literarios a los que he asistido tampoco se habla de estos temas intensos. No se practica mucho la pasión. Le tenemos miedo a nuestro desborde, a nuestra pasión. Esa fiebre incontrolable, los doctores y enfermeros de la literatura les dan su medicina y les dicen que no, que se comporten con moderación y que atiendan a la clase que ellos imparten. El resultado, por lo general es que se crean escritores que no tienen ese fuego interior, ese corazón envuelto en llamas, valiente, íntegro, honesto, que está dispuesto a jugarse la vida en su obra literaria. No, primero está el miedo al qué dirán  mis colegas escritores, mi familia, mis amigos, el profesor del taller literario. La rebeldía queda pisoteada, humillada en el estiércol de la vida.
       En mi opinión la pasión es el combustible que mueve al arte, en especial a la novela. Así como existen novelas cerebrales, matemáticas, existen novelas con sentimiento, con pasión. Orhan Pamuk, en su libro El novelista ingenuo y el sentimental estudia aquella dicotomía entre los novelistas y lectores que se creen su historia, que la viven, con corazón, con esa ingenuidad y los que no son aptos para vivirla, que no pueden leer novelas porque son demasiado racionales. Pero para escribir novelas se necesita ingenuidad y sentimiento, porque son parte del mundo creado por el escritor. 
      Mi pregunta básica, sencilla y compleja a la vez es: sientes esa pasión cuando escribes? Parece ingenua, pero no lo es, parece fácil la pregunta, pero a la hora de escribir tiene consecuencias racionales, técnicas, de persuasión a la hora de escribir un poema, y muy en especial una novela. sales a la calle, a la ciudad a buscar, o que te encuentren tus personajes?, estás atento con esa mirada curiosa y apasionada para crear tu mundo?, te da ganas de saltar, de bailar cuando escribes?, así como lo hace Pedro Juan Gutierrez con una salsa, Xavier Velasco con el rock, o Hernán Rivera Letelier con el silencio. A mí me ha pasado, que en medio de una novela, o al acabar un capítulo una energía, pasión, o lo que sea que eso sea, me embargue el cuerpo, la mente, las entrañas y me encuentre a mí mismo con una sonrisa y bailando un baile nunca antes visto. Te disfrazas de tus personajes?, así como Enrique Serna, se dejó el bigotito, y reconstruyó la figura del dictador Antonio López de Santa Anna en su novela El seductor de la patria. Debe existir cientos de historias de ese tipo, muchas desconocidas dispuestas a ser investigadas. Conoces el lugar en el que tus personajes van a existir?, elaboras mapas y conoces el lugar antes de escribir como Mario Vargas Llosa en su novela La Casa Verde?, o lugares imaginarios como Haruki Murakami en novela El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas?, investigas a tus personajes y su vida psicológica en la vida real para extrapolarla en la novela como Torcuato Luca de Tena en su novela Los renglones torcidos de Dios?, todo eso forma parte de la pasión de un escritor a la hora de escribir una novela
       Xavier Velasco, un escritor al que admiro por su pasión, dijo en una de sus entrevistas de manera jocosa, que la literatura es pura pasión, puro dejarse llevar por la historia, un juego que olvidamos de niños y que lo ejercemos de adultos. Es que eso, es un juego maravilloso en el que inventamos nuestras historias que se le olvidaron a nuestro corazón. Somos niños apasionados con una mirada en el juego de la creación y que a veces la confundimos con nuestra propia vida y la de los demás.
    Bueno, hay tanto que hablar, estudiar en este tema, que me apasiona tanto, que hablarán los nuevos escritores del siglo XXI, escribirán libros que abran nuevas puertas de creatividad, porque aunque no parezca cierto, la pasión está en pañales en su estudio racional y abrirá nuevas formas de hacer novela, poesía. Juan Francisco Ferré, autor de Karnaval y otras novelas interesantes, dijo que la novela es un género que está por experimentarse y trabajar mucho más en este siglo. Yo creo que estamos recién en el veinte por ciento de las posibilidades que puede existir en la creación de una novela, no sólo en su técnica sino en la forma que el escritor sale a la calle como Don Quijote a inventar su mundo.
       







jueves, 1 de septiembre de 2016

340) MI TOP 100 DE PELÍCULAS FAVORITAS




Acá está mi lista de películas favoritas, sin distinción de género, época. Es una lista muy subjetiva generada por el gustímetro. Voy desde las que más me han encantado, a las que menos, pero por una extraña razón algo en mí se inclina por unas más que otras. Las cursivas son mis pensamientos flash.

1) Gore en las calles, Deatbeat at down, 1988. Jim Van Bebber. Una experiencia religiosa.
2) Buby, el chico malo, Bad Boy Bubby, 1994, Rolf de Heer. La vería cien veces.
3) Planeta libre, La Belle Verte, 1996, Coline Serrau. La película patea cerebros.
4) Ellos Viven, They Live, 1988, John Carpenter. Una nueva conciencia con gafas.
5) Un mundo implacable. Network, 1976. Sidney Lumet. Apaga la tele, mierda.
6) El club de los cinco. The breakfast club, 1985. John Hughes. El mejor rebelde.
7) Los amos de la noche. The Warriors, 1979, Walter Hill. Las pandillas culean la ciudad.
8) Alguien voló sobre el nido del cuco. One flew over the Cuckoos Chest, 1975, Milos Forman. El loco que ama.
9) El topo, 1970, Alejandro Jodorowsky. El pistolero de la mente.
10) Fandango, 1985, Kevin Reinolds. El mejor final, para llorar y bailar a la vez.
11) Llamando a las puertas del cielo, Knockin on the heavens door, 1997,Thomas Jahn. Y vivir, y morir, y vivir y morir, así hasta el cielo.
12) Vivir desesperadamente, Desperate living, 1977, John Waters. La mejor de Waters.
13) Basura de las calles, Street Trash, 1987, Jim Muro. El licor asesino.
14) La montaña sagrada, Holly mountain, 1973, Alejandro Jodorowsky. Drogarse sin drogas.
15) El borracho, Barfly, 1987, Barbet Schroeder. El Bukowski que más me gusta.
16) Ocho y medio, Otto e mezzo, 1963. Federico Fellini. El arte y el sueño.
17) Fitzcarraldo, 1982. Werner Herzog. Kinski en su mejor película, Kinski en el orgasmo.
18) El muro, The Wall, 1982. Alan Parker. A derribar el muro de la mente.
19) Las uvas de la ira, The Grapes of Wrath, 1940, John Ford. Un viaje al tormento interior.
20) El vengador tóxico, The toxic avenger, 1984 Lloyd Kaufman, Michael Hearz. El mejor héroe de Tromaville, ese divertido pueblo donde todo puede pasar.
21) Volver al futuro, Back to the future, 1985, Robert Zemeckis. El libro del tiempo.
22) Tu madre se comió a mi perro, Braindead, 1993, Peter Jackson. No sabía lo divertido que puede ser ver morir a tu madre.
23) V de Vendetta, V for Vendetta, 2005, James Mc Teigue. Original del chiflado de Alan Moore, el escritor brujo.
24) Pink Flamingos, 1972, John Waters. El personaje femenino más asqueroso y encantador.
25) Cabeza borradora, Eraserhead, 1977, David lynch. No me acuerdo de nada y de todo.
26) Jesucristo cazavampiros, Jesus christ vampire hunter, 2001, Lee Demarbre. Patear cristianos, curas, jesucristos siempre será bueno.
27) Matrix, 1999, Lana y Lily Wachowsky. Escogeré siempre la pastilla roja.
28) Belleza americana, American beauty, 1999, Sam Mendes. La pesadilla americana.
29) Cadena perpetua, The shawsank redemption, 1994, Frank Darbont. No pueden encarcelar nuestros sueños.
30) El ataque de los tomates asesinos, Attack killer tomatoes, 1978, John de Bello. La más buena entre las malas películas.
31) Ciudad de dios, Cidade de Deus, 2002, Fernando Meirelles. Negrito cabrón.
32)  Vanilla Sky, 2001, Cameron Crowe. Yo quiero vivir, aunque sea un sueño.
33) Brazil, 1985, Terry Gilliam. Quiero volar como Ícaro.
34) Perros de la calle, Reservoir dogs, 1992, Quentin Tarantino. Nunca mueras sin decir quién realmente eres.
35) Nueve reinas, 2000, Fabián Bielinsky. Un robo que robará nuestras cabezas.
36) Dogville, 2003, Lars Von Trier. ¿Jugamos a crear una ciudad?
37) Donnie Darko, 2001, Richard Kelly. Los conejos son macabros, Lynch ya lo comprobó.
38) Miedo y asco en las vegas, Fear and Loathing in Las Vegas, 1988, Terry Gilliam. El éxtasis de la droga realmente te hace vivir sin miedo.
39) Ahí está el detalle, 1940, Juan Bustillo Oro. La mejor de Cantinflas.
40) La historia de Ricky Ho, 力王, 1991, Lam Ngai Kai. El gokú de los fracasados.
41) La naranja mecánica, A clockwork orange, 1971, Stanley Kubrick. No sé de qué va.
42) El fantasma del paraíso, Phantom of the Paradise, 1974, Brian de Palma. El héroe fracasado del paraíso en su infierno.
43) Hombre mirando al sudeste, 1986, Eliseo Subiela. Soy un extraterrestre y qué.
44) El club de la lucha, Fight Club, 1999, David Fincher. Original del loco genio de Chuck Palahniuck.
45) Los olvidados, 1950, Luis Buñuel. Joya de Buñuel.
46) Factotum, 2005, Bent Hamer. Otro Bukowski cabreado con el trabajo.
47) Videodrome, 1983, David Cronemberg. La television humana.
48) Psicosis, 1960, Alfred Hitchcock. El loco que no sabía que era loco.
49) Santa sangre, 1989, Alejandro Jodorowsky. Surrealismo del bueno.
50) La comunidad, 2000, Álex de la Iglesia. El muerto con plata.
51) Batle Royale, Batoru Rowaiaru, 2000, Kinji Fukasaku. Matar es un juego.
52) El gran dictador, 1940, Charles Chaplin. Un Charles Chaplin inspirado.
53) Cómo ser Jhon Malchovich, Being John Malkovich, 1999, Spike Jonze. Métete a la mente de  un hombre, pero no te garantizo si sales o no.
54) No te mueras sin decirme adónde vas, 1995, Eliseo Subiela. La máquina de los sueños.
55) Teniendo suerte, Getting Lucky, Wish Me Luck, 1990, Michael Paul Girard. Métete al calzón de una chica, pero te garantizo que sales por algún lado.
56) Fando y Lis, 1970, Alejandro Jodorowsky. El amor, amor, amor, así hasta el vómito.
57) Aguirre, la cólera de Dios, Aguirre, der Zorn Gottes, 1972, Werner Herzog. Kinski extasiado.
58) Forrest Gump, 1994, Robert Zemeckis. Corre Forrest, corre.
59) Rocky, 1976, John Avildsen. Porque Micky te ama.
60) Tiempos violentos, Pulp Fiction, 1994, Quentin Tarantino. Travolta impecable.
61) La guerra de las galaxias, una nueva esperanza, Star Wars IV, 1977, George Lucas. Hans solo, hans solo no está.
62) El ladrón de bicicletas, Ladri di biciclette, 1948, Vittorio de Sica. Qué lindo es el cine.
63) Perro andaluz, 1929, Luis Buñuel. Cuiden sus ojos al verla.
64) El séptimo sello, Det sjunde inseglet, 1957, Ingmar Bergman. Jugando ajedrez con el diablo.
65) La Strada, 1954, Federico Fellini. Qué lindo es el cine, parte 2.
66) El bueno, el malo y el feo, Il buono, il brutto, il cattivo, 1966, Sergio Leone. Tres horas pasan como tres minutos.
67) Carrie, 1976, Brian de palma. El fuego interior del ser humano.
68) Hacia rutas salvajes, Into the wild, 2007, Sean Penn. La soledad que mata.
69) El sabor de las cerezas, Ta'm e Guilass, 1997, Abbas Kiarostami. La muerte que mata.
70) El ejército de las tinieblas, Army of Darkness, 1993, Sam Raimi. La risa que mata.
71) La mosca, The fly, 1986, David Cronemberg. La mosca que culea.
72) La noche de los muertos vivientes, 1968, George A. Romero. Un clásico.
73) El hombre elefante, Elephant man, 1980, David Lynch. Otro final para llorar.
74) Seven, 1995, David Fincher. El guión tan magnífico.
75) El lado oscuro del corazón, 1992, Eliseo Subiela. La muerte es una mujer.
76) Una mente brillante, A beautiful mind, 2001, Ron Howard. Todo está en la mente.
77) Entre Marx y una mujer desnuda, 1995, Camilo Luzuriaga. La mejor del Ecuador.
78) Cemetery man, Dellamorte delamore, 1994, Michele Soavi. Los muertos también aman.
79) La rebelión de las máquinas, Maximun overdrive, 1986, Stephen King. Divertidísima.
80) La venganza de los nerds, Revenge of the nerds, 1984, Jeff Kanew. Divertidisima parte 2.
81) La edad de oro, L'âge d'or, 1930, Luis Buñuel. Henry Miller habla maravillas de esta película.
82) Más allá de los sueños, What dreams may come, 1998, Vincet Ward. Construiré un sueño para los dos cuando te mueras.
83) Odio, La haine, 1995, Mathieu Kassovits. Odio tan lindo.
84) Withnail y yo, 1987, Bruce Robinson. Unos personajes fuera de serie, inolvidables.
85) La vendedora de rosas, 1998, Víctor Gaviria. La droga y pobreza y violencia.
86) La cosa, The thing, 1982, John Carpenter. Carpenter lo hizo de Nuevo.
87) Interstellar, 2014, Christopher Nolan. Crear universos con la mente.
88) Taxi driver, 1976, Martin Scorsese. Todo por no ver una peli porno conmigo.
89) Almuerzo desnudo, Naked Lunch, 1991, David Cronemberg. Droga desnuda.
90) La matanza de Texas, The Texas chain massacre, 1974, Tobbe Hooper. Qué lindo es ver cómo persiguen a alguien con una motosierra.
91) Telarañas, Spider, 2002, David Cronemberg. Todo está en la mente, parte 2.
92) Tromas war, 1988, Lloyd Kaufman, Michael Herz. La Guerra también es divertida.
93) De entre los muertos, Vértigo, 1958, Alfred Hitchcock. Fotografía espectacular.
94) El apartamento, The apartment, 1960, Billy Wilder. Muchas historias en un apartamento.
95) El lágrima, llora nena, Cry baby, 1990, John Waters. El segundo mejor rebelde.
96) Hachiko monogatari, 1987, Seijiro Koyama. Los perros son lo mejor del mundo.
97) Alta sociedad, Society, 1989, Brian Yuzna. Comiendo pobres, literal.
98) Sangre por sangre, Blood in blood out, 1993, Taylor Hackford. Los vatos locos atacan.
99) Esperando la carroza, 1985, Alejandro Doria. Para nuestros viejos.

100) Los dioses deben estar locos, 1980, Jamie Uys. Y esta película también.